En la Terapia Cognitivo Conductual me focalizo en resolver los problemas actuales del paciente, los motivos que lo aquejan hoy y lo hacen sufrir. En algunos casos, cuando es necesario para entender el problema actual, hablamos sobre el pasado; pero el acento de este tratamiento está puesto en resolver las dificultades de hoy.

Los diálogos entre el paciente y el terapeuta están guiados por objetivos prácticos. No se trata para nada de una charla espontánea sin dirección, sino que nos orientamos por los motivos que al paciente lo trajeron al tratamiento.Se enseña al paciente a usar recursos que lo van a ayudar a manejar y resolver sus problemas y se lo orienta para poder superar sus limitaciones.

El terapeuta cognitivo conductual no permanece callado, con actitud misteriosa, no se mantiene distante ni como un desconocido. Contrariamente se fomenta con el paciente, un vínculo humano de respeto, confianza y afecto dentro de los límites de la relación terapéutica.

La Terapia Cognitivo Conductual tiene un final, exceptuando los casos de patologías crónicas. La duración de un tratamiento depende de muchos factores, pero principalmente de dos. Primero, el diagnóstico, si existe una patología o no, pues hay problemas cuya solución es más rápida y sencilla que otros. Segundo, el compromiso del paciente, cuanto más se dedique el paciente a trabajar lo que tratamos en las sesiones, más rápidamente se logran los objetivos deseados.